Desde San Francisco volamos a Seattle y allí alquilamos un coche para entrar en Canadá e ir hasta Whistler, estación donde se celebran este año los juegos olímpicos de invierno. Whistler es una estación de esquí de las más grandes de Norteamérica. Está a unas dos horas de Vancouver, y sorprendentemente no está muy alta, la base está por los 700 metros. Eso no impide que le caigan unas cantidades tremendas de nieve, por ejemplo este año llevan ya más de 10 metros...
Llegamos allí el sábado por la noche, con la intención de esquiar los 3 días siguientes. El pueblo es muy bonito, pero todo está bastante caro. Esquiamos el domingo, pero la previsión para el lunes era bastante mala, con mucho viento y nieve todo el día. Así que nos tomamos el día para hacer un poco de turismo por los alrededores y esquiamos el martes y el miércoles. La estación es fantástica :) Disfrutamos como enanos los tres días, esquiando prácticamente desde que abrían hasta que nos cerraban los telesillas. Paisajes espectaculares, pistas anchas, pistas entre árboles, un glaciar enorme...mejor unas fotos para contarlo:
Hay muchas más fotos, pero no caben todas :) El resto podeis verlas aquí.
Los primeros días que pasamos en Whistler los pasamos en el mismo pueblo. La última noche estuvimos alojados en un Bed&Breakfast en Pemberton. Una casa muy bonita, y los dueños muy amables. Y qué decir del desayuno espectacular que nos dieron por la mañana.
Después de esos días en la montaña, pasamos un par de días en Vancouver. Estuvimos el jueves entero pateando la ciudad. Vimos las vistas desde un rascacielos, estuvimos en la zona antigua y después de eso fuimos caminando hasta Granville que es una islas de las muchas que hay en la zona. Lo que tiene de especial Granville es su mercado que fue lo que nosotros fuimos a visitar. Por allí comimos y sufrimos decidiendo cual de los miles de postres que compramos elegir. Para volver a Vancouver nos embarcamos en un pequeño bote, tienen una línea regular de transporte entre la ciudad y las islas de los alrededores.
Al día siguiente nos acercamos hasta Capilano, tienen un puente colgante que estaba bien, pero no tan bien como lo cobran.
Salimos hacia Seattle después de comer, y después de pasar por el hotel nos acercamos al centro para cenar algo en el Cheese Cake Factory. Después de salir rodando como bolas del restaurante nos fuimos a jugar una partida de billar una cervecería que tiene 160 tipos diferentes de cañas, eso teníamos que verlo :)
Al día siguiente sólo teníamos la mañana para visitar la ciudad. Empezamos por el Pike Market que es uno de los sitios más famosos de la ciudad. Lo más interesante en la zona además del mercado es el Starbucks original, donde nos sacamos la foto de rigor:
Por último fuimos a la Space Needle, la torre emblema de la ciudad, una pena que el día no estuviera muy bueno, aun así las vistas merecían la pena. Al bajar de allí fuimos a por el coche, que habíamos dejado en el motel y nos dirijimos al museo de aviación, donde entre otras cosas, pudimos subirnos a un Concorde y a un Air Force One.
Y eso fue todo, volamos de vuelta a San Francisco y ya echando de menos el esquí :) Que cortas se hacen las vacaciones...